Hielo, nieve, frío es lo que toca

Quién iba a esperar que el agua en su estado más sólido pudiera también levantar pasiones pero así ocurre, como muestra les aporto esta web que se curra bien su tema llevando cuenta de la cantidad de hielo que tenemos que según parece es tan precioso como el agua dulce según lo vigilan y el empeño que le ponen a ello.

Les escribo desde una zona donde este elemento se ve poco salvo que se vaya a menudo al frigorífico, aquí los días fríos son pocos pero aun así los hay y son por lo excepcional un evento señalado pero inesperado pues no tienen fecha fija en el calendario para disfrutarlo. Para darles un poco de envidia al que viva en lugares aún más templados que el mío les ofrezco la sierra de Cádiz que nos ofrece pocas veces paisajes blancos pero de vez en cuando lo hace sin ir más lejos este mismo año dejándonos estampas tan maravillosas como las del siguiente vídeo.
 
El folklore navideño se nutre de estampas como esta pero aquí rara vez coincide en este tiempo aparte que la mayoría estamos más ocupados en otros temas diferentes, en nuestra fiesta familiar la madre tierra no pinta mucho, andamos pillados con otras historias menos ecológicas, es lo que hay.
A pesar de su apariencia apacible y su fama de proporcionar bienes no se vayan a fiar mucho de el agua sólida, no en balde sirvió a Dante para fabular su Infierno helado que leyendo un poco acojona más que las brasas del oficial.
Tenemos playa, tenemos nieve pero no tenemos puerto esquiable, ni aguanta la nieve más de dos o tres días sin derretir. Nadie es perfecto. Pero lo bueno empieza cuando esta se derrite, si no fuera por eso quién necesita nieve perpetua más que para dar color. Color blanco ya tenemos durante todo el año en los pueblos de nuestra sierra, de cal viva concretamente, el que no se consuela es porque no quiere. Líquido este corrosivo y que quema también se puede tomar para aprovisionar un infierno que pretenda inflingir daño pero el clásico gana, el hielo mezclado con sal es una bomba térmica difícil de superar cuando te toca te deja escaldado como la marmita esa de obélix y ya no te puedes volver a acercar aunque sea tremendamente atrayente, se siente. A ver cuando la vuelvo a ver, las temperaturas por aquí bajan, deseenme suerte. Hasta otra.

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