El hundimiento inexorable, el rescate fallido y el punto y seguido

Día 13 de noviembre. No es martes, tampoco viernes es solo un día más del calendario. Voy camino a casa tras una jornada de trabajo normal y la radio habla de efemérides, sucesos ocurridos tal como hoy hace años y que se rememoran no solo por la fecha, las noticias de hoy también hablan de hundimientos aunque sean en seco. Las efemérides hablan del hundimiento del prestige, hablan de la larga agonía de una niña atrapada por el lodo tras un desastre natural, habla de desastres que acabaron mal. Tras oírlos me propuse escribir estas líneas que leen aunque me duela y unas lágrimillas inoportunas asoman a mis ojos no por los hechos antigüos esos ya me los conocía sino por las noticias de ahora al fin se publica la sentencia que culmina el juicio por el hundimiento del prestige y no hay culpables y yo me pregunto ¿los han buscado con la suficiente persistencia?, tengo dudas razonables, de hecho no parece un juzgado de pueblo el más indicado para instruir un sumario de calado y consecuencias internacionales pero a nadie le importó en su momento y ya la instrucción hace tiempo que se cerró, también cabe la posibilidad de que la culpa sea tan clamorosa que todos debamos asumir nuestra parte, callar y firmar el punto y final. Este día deberían prohibirlo para no repetirlo, olvidarlo nunca. El que haya leído otros post supongo que puede haber notado mi inquebrantable optimismo que me sobrepasa aún hablando de lo más imponderable y sin remedio, este no va a ser el caso, lo lamento. Tampoco voy a poner link alguno a las noticias por no amargarle el día, yo lo he conseguido con el mío y no quiero hacerle lo mismo a mi público.
Se hunde nuestra sociedad, la confianza de ella en la justicia y en nuestros políticos pero sobre todo se hunde nuestra esperanza de recibir un rescate que nos salve de un hundimiento que se nos traga ante la indiferencia de nuestros socios y de nosotros mismos que nada podemos hacer por salir del lodazal en que nos han metido probablemente el final previsible sea echar una losa por encima que cubra el lugar e irse a otro a no repetir los errores que dieron lugar a un desenlace fatal, el que pueda hacerlo, tal vez el que contempla ahora nuestro declive que luego se preguntará durante toda la vida si hizo lo correcto ante el que agonizaba en su presencia como nosotros podemos hacerlo ahora con Grecia por poner un ejemplo. Alguien argumentará que Grecia no se ha hundido, España tampoco lo va a hacer. La Tierra no se hunde y los bancos tampoco lo harán, no en nuestro planeta hasta que los continentes se vuelvan a poner a bailar y de momento no toca, nos hundimos las personas, no hablo de un hundimiento estándard, es algo más sutil y despiadado es la desesperación, la falta de esperanza que conduce a la deshumanización y al abandono del intento de salvarse o que te salven, la muerte no es una opción pues no depende de nuestro albedrío y no nos la pronostican así que a vivir sin rescate, sin estado de bienestar, sin solidaridad y el punto... y seguido como no podía ser de otra manera, no queda otra.
Día 14 de noviembre. Primera hora de la mañana, aún no he visto noticia alguna que me pueda volver a deprimir y he dormido bien, antes de retornar a la rutina diaria he hecho una paradita aquí para demostrar que he vuelto. La pena sigue ahí pero las ganas de levantar todo este tinglado aumentan y para ello no hay que correr ni desaparecer, solo buscar gente válida que la hay y unirse a ella para construir entre todos un mundo más justo aunque haya que darle la vuelta a este o abandonar una parte de él a la que no pudimos salvar, o arrinconar una legión entera de indeseables si se encuentran. Lo primero perder el miedo a equivocarse y escribir deprimido es lo peor que un bloguero pueda hacer, hagan lo que yo digo y no lo que hago, la mayoría de las veces. En eso estamos y seguiremos mientras se pueda.
Día 23 de noviembre. Como era el punto seguido la historia sigue y ha seguido mientras no he hecho mucho caso a ella, intentaré ponerme al día. Hoy leo el siguiente artículo de opinión que te echa otro jarro de agua fría si cabe y preguntarte por cómo se pudieron hacer las cosas tan mal pero así fue quizá aún peor aunque no se me ocurre de momento en qué forma. Parece mentira que a estas alturas de nuestra historia aún tengamos que estar al albur de lo imponderable y tengamos que echar mano de ello para conformarnos pero es lo que hay. ¡Pero qué he dicho! !Colleja para mí! No creo en la suerte y ese barco no apareció allí de la nada, alguien ordenó la ruta que debía seguir y no le importó mucho que en ese momento se estuviera produciendo una galerna de mil demonios por la zona supongo. La seguridad que lleva un vehículo con mercancías peligrosas y altamente contaminantes debería al menos verse por algún lado y yo no veo más que improvisación, parches y ganas de echar tierra sobre el asunto.
En el tema de los recursos que por cierto penal solo hay uno que merezca mención el otro aunque no en forma abandona de facto la vía penal al no pedir pena. Si dichos recursos que ahora colean no llegan a buen puerto no va a ser porque se haya impartido justicia. Es porque dichos recursos como la sentencia que buscan reconducir nacieron enfermas, por su derrotismo y falta de interés en buscar los últimos culpables de este desastre. El gobierno como ya adelantaban en el link de arriba busca la pela pero tampoco quiere meneallo demasiado para que no le caiga a él la pedrea, recurso al canto. Tengo recurso, esta vez del gobierno francés, para estos también tengo alguna taza de caldo. ¿Pero dónde han estado metido estos que no han movido ficha hasta ahora? De todas maneras yo también creo que es tarde, la oportunidad de que los delitos cometidos que haberlos haylos se pongan como se pongan no quedaran impunes ha quedado en unos hilillos muy finos de esperanza, todavía queda alguna, esperemos. Yo me rindo y me largo a otras aguas.
El lobo marino debe saber mucho más de lo que ha contado, si así hubiera sido se hubieran sentado con él muchos otros que probablemente hubieran incomodado nuestras relaciones internacionales o intergubernamentales pero eso es historia pasada, estemos a lo que estamos.
No se puede nadar y guardar la ropa, no cuando el chapapote llega a la playa y te la deja pringada es lo que hemos hecho todos y así nos la hemos encontrado, otra vez será.
No espero a que se acabe de hundir este barco, lo doy por hundido sin esperar a que resuelvan nada pues nada van a resolver. PUNTO Y FINAL.

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