La isla, un lugar donde perderse o encontrar el valor de lo cotidiano.
Infructuosamente he buscado por internet un artículo que sirviera como manual para vivir en las condiciones extremas que un lugar aislado por estar rodeado de agua te obliga y me he rendido finalmente, no es indispensable, siempre nos quedará el clásico de toda la vida, nuestro naufrago de guardia siempre en nuestras mentes el inefable "Robinson Crusoe". Algo que me ha sorprendido de la revisión de esta lectura de juventud que ya tenía olvidada es cómo inmediatamente de satisfacer la necesidad inmediata de cobijo y sustento el protagonista se emplea en contar el tiempo que pasa en su maldita isla y es que como humanos somos complicados y nuestras necesidades no acaban en la seguridad, alimentación y bebida necesitamos un orden temporal y donde hay más de uno social, la anarquía tiene poco recorrido, les extraigo la parte en concreto de la que les hablo: "Al cabo de diez o doce días en la isla, me di cuenta de que perdería la noción del tiempo por falta de libros, plum