Los paraísos que nos quedan y su peligro inminente
Las guerras que ya comenté en la entrada anterior que nacen de un sentimiento malsano de competencia absurda y nuestra poca concienciación por la defensa del medio ambiente así como los intereses del mercado por aprovecharse de su riqueza que no solo visual es hacen que el presente sea de especial importancia para estos paraísos.
Los intentaré enumerar aquí asícomo sus peligros más evidentes, esto no pretende ser un catálogo minucioso tan solo pretendo poner mi granito de arena para que el que lea estas líneas se acuerde de ellos y en su vida diaria intente poner el suyo para entre todos trabajar para que sigan existiendo un minuto más aunque sea.
Todos guardamos en nuestra memoria con cariño o admiración estos lugares enigmáticos, bellos y de apariencia inmutable en el tiempo pero son ecosistemas frágiles y el ser humano es fuerte, no precisamente por levantar grandes pesos sino por su capacidad destructiva y de degradación que aparentemente no tiene límites. Algunos solo ven en ellos un medio rápido de obtener riqueza con mínima inversión pues están lejos y la gente solo los ve en fotos, se les puede escatimar un poco su belleza sin que nos enteremos inmediatamente. Su riqueza express nos va a costar más de lo que estos emprendedores temerarios puedan acumular en sus pobres y míseras vidas por muchos ceros que anoten en sus beneficios fríos y que acumulados quedarán en salas frías de un banco oscuro sin dar beneficio a nadie yéndose al garete con todo lo demás que dilapidamos ya miserablemente.
Voy a empezar por uno pequeñito y que está cerca de mi hogar. Doñana, humedal excepcional y paso obligado para infinidad de especies migratorias en su peregrinaje anual debe añadir otro peligro más al apetito voraz que la industria inmobiliaria y extractiva demuestra, el fracking y suma y sigue.
Más humedo y más largo, el río Amazonas. El más largo del mundo también es el más amenazado, la deforestación, los incendios, la explotación sin control de sus recursos y las obras hidráulicas faraónicas entre todos ellos colaboran para que se produzca un cambio climático radical de dimensiones planetarias y tienen un coste imposible de cuantificar por el economista más avezado que pudiera existir. Aquí nos lo explican más detalladamente, vale la pena leer esto. Paremos su desastre.
En este reparto de desgracia y ruina no se libra ningún país ni continente y podía continuar esta lista maldita hasta el infinito y más allá pero el medio en el que escribo debe ser limitado para no aburrir a nuestro estimado lector, basta poner el dedo en un punto del mapa y en un radio de acción corto seguro encontramos alguno de ellos. Si somos capaces de matar al mar muerto qué no nos quedará por cargarnos.
Ah sí nos quedan los polos y vamos a empezar por el menos protegido y el primero que sucumbirá a nuestras políticas medioambientales y al cambio climático que por todos lados se anuncia ya no es cosa de agoreros y maledicentes apocalípticos si hasta un foro internacional le dedica su informe que todos esperan con interés tanto los crédulos para echarse a llorar como los negacionistas para criticarlo, todavía habrá por ahí quien no se lo crea o peor que le de igual mientras pueda sacar tajada. No a todo el mundo le viene mal esto del cambio climático y sus efectos colaterales. Hay quien ve una oportunidad para crear una ruta alternativa de bajo coste por la que traficar con mercancías peligrosas sin los necesarios permisos ni medios de seguridad adecuados y no dudan para ello en perseguir al que protesta por la situación tildándolo de insolidario para con su causa o peor aún, pirata. ¿Pero quién piratea a quién aquí? Creo que ha quedado suficientemente claro en el contenido de este artículo como en el de tantos otros que pueblan la red. Estamos a tiempo de evitar que nos los roben, los paraísos digo, aunque cada vez se hace más urgente y difícil, probablemente ya sea tarde pero si no hacemos nada se los van a llevar por la patilla y nos van a dejar en el charco, no creo que ellos corran mejor suerte también caerán. Dicen que mal de muchos consuelo de tontos pero es que no veo otro desgraciadamente a la vista de la situación creada antes de la debacle consiguiente que será tremendamente democrática como no podía ser de otra manera.
Los intentaré enumerar aquí asícomo sus peligros más evidentes, esto no pretende ser un catálogo minucioso tan solo pretendo poner mi granito de arena para que el que lea estas líneas se acuerde de ellos y en su vida diaria intente poner el suyo para entre todos trabajar para que sigan existiendo un minuto más aunque sea.
Todos guardamos en nuestra memoria con cariño o admiración estos lugares enigmáticos, bellos y de apariencia inmutable en el tiempo pero son ecosistemas frágiles y el ser humano es fuerte, no precisamente por levantar grandes pesos sino por su capacidad destructiva y de degradación que aparentemente no tiene límites. Algunos solo ven en ellos un medio rápido de obtener riqueza con mínima inversión pues están lejos y la gente solo los ve en fotos, se les puede escatimar un poco su belleza sin que nos enteremos inmediatamente. Su riqueza express nos va a costar más de lo que estos emprendedores temerarios puedan acumular en sus pobres y míseras vidas por muchos ceros que anoten en sus beneficios fríos y que acumulados quedarán en salas frías de un banco oscuro sin dar beneficio a nadie yéndose al garete con todo lo demás que dilapidamos ya miserablemente.
Voy a empezar por uno pequeñito y que está cerca de mi hogar. Doñana, humedal excepcional y paso obligado para infinidad de especies migratorias en su peregrinaje anual debe añadir otro peligro más al apetito voraz que la industria inmobiliaria y extractiva demuestra, el fracking y suma y sigue.
Más humedo y más largo, el río Amazonas. El más largo del mundo también es el más amenazado, la deforestación, los incendios, la explotación sin control de sus recursos y las obras hidráulicas faraónicas entre todos ellos colaboran para que se produzca un cambio climático radical de dimensiones planetarias y tienen un coste imposible de cuantificar por el economista más avezado que pudiera existir. Aquí nos lo explican más detalladamente, vale la pena leer esto. Paremos su desastre.
En este reparto de desgracia y ruina no se libra ningún país ni continente y podía continuar esta lista maldita hasta el infinito y más allá pero el medio en el que escribo debe ser limitado para no aburrir a nuestro estimado lector, basta poner el dedo en un punto del mapa y en un radio de acción corto seguro encontramos alguno de ellos. Si somos capaces de matar al mar muerto qué no nos quedará por cargarnos.
Ah sí nos quedan los polos y vamos a empezar por el menos protegido y el primero que sucumbirá a nuestras políticas medioambientales y al cambio climático que por todos lados se anuncia ya no es cosa de agoreros y maledicentes apocalípticos si hasta un foro internacional le dedica su informe que todos esperan con interés tanto los crédulos para echarse a llorar como los negacionistas para criticarlo, todavía habrá por ahí quien no se lo crea o peor que le de igual mientras pueda sacar tajada. No a todo el mundo le viene mal esto del cambio climático y sus efectos colaterales. Hay quien ve una oportunidad para crear una ruta alternativa de bajo coste por la que traficar con mercancías peligrosas sin los necesarios permisos ni medios de seguridad adecuados y no dudan para ello en perseguir al que protesta por la situación tildándolo de insolidario para con su causa o peor aún, pirata. ¿Pero quién piratea a quién aquí? Creo que ha quedado suficientemente claro en el contenido de este artículo como en el de tantos otros que pueblan la red. Estamos a tiempo de evitar que nos los roben, los paraísos digo, aunque cada vez se hace más urgente y difícil, probablemente ya sea tarde pero si no hacemos nada se los van a llevar por la patilla y nos van a dejar en el charco, no creo que ellos corran mejor suerte también caerán. Dicen que mal de muchos consuelo de tontos pero es que no veo otro desgraciadamente a la vista de la situación creada antes de la debacle consiguiente que será tremendamente democrática como no podía ser de otra manera.
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