Que llueva, cuando yo lo diga

Esta mañana me asomo a mi ventana y un cielo gris amenazante me da los buenos días. La predicción coincide en las amenazas. Me asalta una duda que nunca antes me había preocupado a pesar de que a lo largo de mi vida he visto temporadas de sequía desesperantes para cualquiera. ¿Se puede hacer llover? Es para pasarla a otro día que hoy me viene mal. Al parecer sí se puede, los chinos han podido. La técnica de siembra de nubes y su posterior bombardeo con no seque producto químico complejo funciona. El frenado no está tan avanzado para eso el único recurso que tenemos es el clásico y beatífico recurso al patrón.
Me ha dejado pasmado como un gesto tan poco científico como el uso del tradicional rogatotorio nos ha dado datos para estudiar el clima en los tiempos oscuros de la anticiencia y como estos pueden mejorar nuestra ciencia de hoy de una manera algo menos invasiva y más respetuosa que el mencionado bombardeo que suena bestia y poco civilizado para los tiempos que corren.
La lluvia es inconstante hasta la volubilidad, de hecho tras todas las cábalas que me animaron a hacer esto que leen cesan las amenazas y el sol triunfa en su pugna por salir y empieza un buen día de tantos por aquí además festivo y que invita a pasear afortunadamente no hay que cargar nada. Lo de fabricar lluvia queda en asuntos pendientes, hoy no hace falta ni tampoco sacar al santo se queda en su ermita. Hasta luego.

Comentarios

Entradas populares de este blog

La línea de flotación en Economía

Necesitando el agua desesperadamente, la SED.

Un buen precedente de movida líquida, hecho