El fin del recreo: patos fuera del agua

Una de las últimas sonadas decisiones de Juan Carlos antes de abdicar como rey fue su decisión de renunciar al uso de su yate "Fortuna". Regalito envenenado que pagábamos a tocateja entre todos los españoles y cuando dejamos de patrocinar a la fundación que la tiene en propiedad le costó deshacerse de ella pues según parece a nadie interesaba.
La última noticia que me ha llegado es su venta de saldo por 2,2 millones de euros lo que supone una rebaja en su expectativa de venta del
75 % aproximadamente, el que no se recrea es porque no quiere.
El último bribón de nuestro rey abdicante no tuvo mejor suerte que este pues su liquidación fue igual de fulminante y económica, ¿pero qué está pasando en el mercado náutico? ¿Acaso nuestra elite ha decidido trasladar su recreo a zona seca?
Estaré atento para confirmar esta tendencia y me alegraría de ello, la navegación es cosa de profesionales o debería serlo.
Sería algo inaudito pues la historia habla de pasión por la náutica al punto de que alguno intentó llevarse su juguetito al otro barrio, hablo por supuesto de algún que otro Faraón egipcio afortunadamente eso ya no pasa.